Debajo te dejo el enlace al vídeo que hice acerca de este tema, se habla lo mismo que en este artículo, pero por si prefieres contenido audiovisual.
“Será libre el hombre que reconozca los eslabones a los que está atado, porque conscientemente, podrá romperlos”
En el acelerado y siempre cambiante mundo en el que vivimos, a menudo nos dejamos llevar por hábitos no solo contraproducentes sino también destructivos. Los estoicos resaltaban la importancia de centrarse en lo que podemos controlar, liberándonos de las cadenas de las emociones incontroladas y los impulsos erráticos. Te comparto séis hábitos destructivos que yo alguna vez tuve y que son altamente comunes en el mundo moderno,pueden obstruir nuestra paz mental, nuestro crecimiento personal y nuestra capacidad para vivir una vida virtuosa. Permíteme explicarte por qué son destructivos y cómo te alejan de una vida feliz:
Antes de pasar por los puntos te pido que intentes ser autocrítico, mírate en tercera persona y así podrás analizar cuales de estos séis malos hábitos te están afectando y entonces tendrás la completa responsabilidad de enfrentarlos.
El primer hábito se trata de posponer compromisos
Este es un hábito insidioso y que todo el mundo suele hacer, aunque pueda parecer inofensivo, puede tener graves consecuencias. Veamos por qué:
Primero, pérdida de tiempo y energía: posponer significa dejar para más tarde algo que podría o debería hacerse ahora. Esto provoca la pérdida de tiempo y energía, ya que constantemente pensamos en lo que necesitamos hacer pero no actuamos. Según el estoicismo, el tiempo es un recurso valioso que no debe ser desperdiciado, y posponer es un desperdicio directo de este recurso vital.
Segundo, incumplimiento de obligaciones: posponer puede conducir al incumplimiento de nuestras obligaciones tanto personales como profesionales. Esto puede dañar nuestra reputación y la confianza que los demás depositan en nosotros. Los estoicos valoraban la integridad y el cumplimiento de los deberes, y posponer va en contra de estos principios.
Tercero, aumento del estrés y la ansiedad: La procrastinación lleva a un aumento del estrés y la ansiedad, ya que las tareas se acumulan y los plazos se acercan. Esta tensión constante afecta nuestra salud mental y física,hace que todo lo veas borroso y te aleja de una mente en paz.
Imagina que tienes un proyecto importante con una fecha límite. En lugar de dividirlo en partes manejables y trabajar en él de manera constante, lo pospones y lo dejas para el último minuto. La presión se acumula, y ahora te encuentras estresado y abrumado, luchando para cumplir con la fecha límite. Piensa que cuando uno planifica su trabajo, su deber, se está haciendo un favor a sí mismo, te será mas asequible dividir tu trabajo en varios días que amontonar todo en uno.Este patrón de comportamiento no sólo te hace sentir miserable, sino que también afecta la calidad de tu trabajo,a tu profesionalidad y a como otros te conciben.
Posponer compromisos es un hábito destructivo que va en contra de los principios del estoicismo, llevando a la pérdida de tiempo, al incumplimiento de las obligaciones, y al aumento del estrés y la ansiedad. Podemos combatirlo mediante la planificación, la autodisciplina, y el enfoque en nuestras responsabilidades y valores. También ,para evitar esto te recomiendo que nunca prometas bajo ninguna emoción, sobre todo cuando estás eufórico. Digo esto porque estoy seguro que alguna vez te has comprometido con alguien, o has hecho alguna promesa y luego te arrepientes. Esto sucede porque son las emociones del momento con las que sueles decidir, y no con una claridad mental. Antes de comprometerte con nada, valora detenidamente en tu soledad. No prometas nada cuando estés feliz y tampoco tomes una decisiones en el momento.
Segundo hábito, la mentira
La mentira es un hábito que, aunque comúnmente adoptado en la sociedad moderna, es profundamente destructivo. El mentiroso es victima de sus miedos , y será siempre atrapado por estos, tarde o temprano.
La mentira causa un daño a la verdad y a la integridad: la mentira atenta directamente contra la verdad, y por ende, contra nuestra integridad. Los estoicos valoraban la honestidad y la verdad como pilares de una vida virtuosa. Cuando mentimos, nos alejamos de estos ideales y violamos nuestro propio carácter. Además bajaremos la calidad de nuestras relaciones , se dará una pérdida de confianza: las mentiras pueden deteriorar la confianza que otros depositan en nosotros. Una vez que se descubre una mentira, es difícil recuperar la confianza perdida. En el estoicismo, la confianza y el respeto mutuo son elementos fundamentales para relaciones saludables y enriquecedoras.
Cuando mentimos, creamos una realidad alternativa que puede enredarnos en un laberinto de engaños. Esto puede llevar a un ciclo de mentiras cada vez más complicado y agotador, creando estrés y ansiedad innecesarios.
Supón que estás en una situación en la que has cometido un error en el trabajo. En lugar de asumir la responsabilidad, decides mentir para cubrirte. Puede que al principio parezca que has evitado el problema, pero con el tiempo, la verdad podría salir a la luz. Cuando esto ocurra, no sólo tendrás que enfrentar las consecuencias del error original, sino también el hecho de que mentiste, lo que puede dañar seriamente tu reputación y las relaciones con tus colegas.
La mentira es un hábito destructivo que va en contra de una persona con principios, dañando la verdad, la integridad, la confianza, y creando una realidad falsa. Podemos combatirlo practicando la honestidad, la responsabilidad y el respeto por la verdad.Recuerda que gran parte de las mentiras provienen de un miedo,lo que haces al mentir, es esconder tu realidad y engañarte a ti mismo, no a los demás.
Tercer hábito, creer en todo lo que oímos
En la era de la información en la que vivimos, es fácil caer en el hábito de creer en todo lo que oímos sin cuestionarlo. Creemos y adoramos a nuestro político favorito, a las personas que seguimos en redes sociales o a los personas que son tan influyentes en nosotros. Muchas personas no tienen capacidad para filtrar información , simplemente se mueven por lo que dicta su entorno, de forma que necesitan una validación externa para seguir hacia delante.
Al hacer esto nos encontramos con una falta de pensamiento crítico: creer en todo lo que oímos puede inhibir nuestro pensamiento crítico. Los estoicos enfatizaban la importancia de la sabiduría y el discernimiento en la búsqueda de la virtud. Aceptar pasivamente la información sin cuestionarla va en contra de estos ideales.Si no cuestionamos la información que recibimos, somos susceptibles a la manipulación y a la influencia indebida. En la era de las «noticias falsas» y la desinformación, esto es especialmente peligroso. Los estoicos valoraban la independencia de pensamiento y la autodeterminación, y la influencia indebida puede socavar estos principios.
Supón que ves una noticia sensacionalista en las redes sociales. Sin verificar la información o considerar la fuente, inmediatamente la compartes con tus amigos. Más tarde descubres que la noticia era falsa, y te sientes engañado y avergonzado. Además, al compartir la noticia, propagaste la desinformación y podrías haber influido negativamente en las opiniones y acciones de los demás.
Hacer esto también influye mucho en tus relaciones, y en cómo conoces a nuevas personas y amplias tus círculos sociales.Piensa las veces que alguien te ha hablado sobre otra persona, para bien o para mal,y esta opinión te condiciona, haces que tengas un prejuicio sin conocer a esa persona y por lo tanto, que te dirijas hacia esta de una forma o de otra a raíz de ese prejuicio. Esto puede contaminar tus relaciones y hacer que pierdas oportunidades.
Creer en todo lo que oímos es un hábito destructivo que inhibe el pensamiento crítico y nos hace susceptibles a la manipulación e influencia indebida. Hay que verificar la información, aprender a contrastar fuentes y sobretodo desarrollar nuestros propios juicios. Una persona sin criterio propio y sin autoridad para aplicar sus propias conclusiones es comida por el mundo moderno y aprovechada por otras personas.
Cuarto hábito, no saber comunicarse
Una comunicación efectiva es una habilidad esencial en nuestras relaciones tanto personales como profesionales. Creo firmemente que hemos perdido el aprecio por el buen lenguaje y el buen sentido comunicativo, se ve reflejado en las pobres conversaciones de hoy día , donde las personas ya no se interesan por el otro y no escuchan realmente lo que la persona que tienen en frente está diciendo.
La falta de habilidades de comunicación puede llevar a malentendidos y conflictos. Los estoicos reconocían la importancia de la armonía y la cooperación en nuestras relaciones, y la mala comunicación puede poner en peligro estos ideales.Si no sabemos comunicarnos efectivamente, podemos tener dificultades para expresar nuestras necesidades y sentimientos. Esto puede llevar a la insatisfacción, la frustración y el resentimiento. Los estoicos valoraban la autenticidad y la autoexpresión,que serán fundamentales para tener conversaciones de calidad. Al final estamos hechos por naturaleza para asociarnos, para comunicarnos de forma efectiva, y una conversación debe ser un intercambio de valor entre los participantes,hablar con otra persona debe ser algo próspero y no inútil.
Supón que tienes un compañero de trabajo con el que tienes problemas. En lugar de hablar abierta y directamente sobre el problema, evitas la comunicación y dejas que la tensión y el resentimiento crezcan. Esto puede dañar tu relación con tu colega y afectar tu bienestar y productividad en el trabajo.
No saber comunicarse es un hábito destructivo que puede llevar a malentendidos, conflictos, y dificultades para expresar nuestras necesidades y sentimientos. Para mejorar en esto te recomiendo que amplíes tus capacidades comunicativas, tu lenguaje, ya sea leyendo o consumiendo contenido de alto valor. Algo que a mi me sirvió mucho fue practicar la escucha activa, es decir, cuando estés hablando con alguien, en lugar de pensar en lo que vas a responder, que es lo que seguro sueles hacer,fluye en la conversación,pon atención a lo que la persona está diciendo,si lo haces de verdad,el diálogo fluirá,y además está persona se sentirá genial hablando contigo. Si haces esto de forma continuada, tu comunicación ascenderá a la excelencia.
Quinto hábito, la comparación constante con los demás
Lo sé,eres altamente competitivo y aunque no sea a propósito, quieres que te vaya mejor que a los demás,pero esto un hábito recurrente hoy día y que puede minar nuestra autoestima y satisfacción con la vida.
La comparación constante puede llevar a la insatisfacción y a la infelicidad, ya que siempre encontramos a alguien que parece tener más éxito, más riqueza, o más talento. Los estoicos nos enseñan a enfocarnos en nuestra mejora personal y a apreciar lo que tenemos, en lugar de compararnos constantemente con los demás. Corremos el riesgo de perder nuestra identidad y autenticidad, puede que intentemos cambiar quiénes somos para encajar en ciertos estándares o expectativas, sin embargo, los estoicos nos instan a ser fieles a nosotros mismos y a vivir de acuerdo con nuestros propios valores y principios. Imagina que siempre te comparas con tus colegas en el trabajo. Sientes que nunca eres suficientemente bueno y que siempre debes esforzarte más para igualarlos o superarlos. Esta presión constante puede llevarte al agotamiento, a la insatisfacción y a la infelicidad, y puede apartarte de tu verdadero yo. La comparación constante con los demás es un hábito destructivo que puede llevar a la insatisfacción, a la infelicidad, y a la pérdida de identidad y autenticidad. Esto cambia cuando entiendes que no merece la pena estar pendiente del vecino, cuando lo tienes todo en casa, y si en tu casa no tienes lo que buscas, siempre podrás mudarte. Entiende que la comparación es odiosa porque nunca se agota, vas a vivir mucho más feliz cuando tu principal objetivo sea el de mejorar lo que fuiste ayer y el de competir contigo mismo.
Sexto hábito, buscar Responsables de Nuestra Vida
En la sociedad moderna, es común ver a personas buscando responsables externos de lo que ocurre en sus vidas, en lugar de asumir la responsabilidad personal.Esta forma de actuar genera pérdida de Control y Autonomía: Al culpar a otros por nuestras circunstancias, renunciamos al control y a la autonomía sobre nuestras vidas. Los estoicos enfatizaban la importancia de reconocer lo que está en nuestro control y lo que no, y culpar a otros nos aleja de este entendimiento.
Este hábito puede llevar a una mentalidad de víctima y fomentar el apego emocional,que te volverá súper dependiente de otros para tu estabilidad, de forma que nunca te podrás encargar de ti mismo sin la presencia de alguien más.
Cuando buscamos responsables externos de nuestra vida, nos privamos de la oportunidad de aprender de nuestros errores y crecer como personas.
Supón que tienes problemas financieros y culpas a tu jefe por no pagarte lo suficiente. Mientras es cierto que tu jefe controla tu salario, hay muchas otras áreas de tus finanzas que están bajo tu control, como tus gastos y tus decisiones de ahorro e inversión.
Buscar responsables de nuestra vida es un hábito destructivo que nos priva de nuestro control y autonomía, nos lleva a una mentalidad de víctima y fomenta el resentimiento, y nos impide crecer personalmente. Como estoicos, debemos entender y aceptar lo que está bajo nuestro control y tomar responsabilidad de ello, evitando caer en la trampa de culpar a los demás por nuestras circunstancias.
Como personas de valor, se nos llama a ser conscientes de estos comportamientos y a trabajar para superarlos, esforzándonos por vivir una vida de virtud, sabiduría y tranquilidad interior. Te invito a reflexionar sobre estos hábitos en tu propia vida y a ser verdaderamente autocrítico, porque recuerda que sólo el hombre que reconoce los eslabones a los que está atado, podrá liberarse de estos.